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Día 9: El barco atraca en buen puerto.

Crónica escrita por Jon Sánchez Molina.


Último día de festival. Estoy un poco nostálgico y aún no he empezado a ver las pelis de hoy. Ha sido muy bonito experimentar esto, tantas emociones, sentimientos... Ha sido muy bonito. Y por supuesto, tengo que destacar la inestimable compañía de Adrián López, que ha sido el amigo de batalla de este festival.


Marlowe es la última película de Neil Jordan, que adapta un relato negro sobre el famoso detective Phillip Marlowe, protagonizado por Liam Neeson pero que ha pasado por el filtro Humprey Bogart y Eliott Gould, entre otros. Comienza muy flojo este último día, peli de clausura la que veo y que aún amando el cine negro no consigo ni entretenerme. Neil Jordan no consigue hacer interesante la trama, la verbaliza hasta el extremo y solo pasea a sus personajes por las calles americanas, que casualmente están rodadas en Barcelona. Hay algo que me saca mucho, es esa fotografía digital y anacrónica, feísima, intentando jugar con las luces y sintiéndose plástica. No me ha aportado nada, además de que lo que cuenta es simple y parece hacerlo enrevesado.


Salgo un poco disgustado de la proyección, aunque he visto a Liam Neeson y Neil Jordan. Voy a desayunar algo a un sitio que he estado frecuentado estos últimos días y vuelta a las pelis.


Cerdita, debut en el largometraje de Carlota Pereda alargando su corto del mismo nombre. Algo normal últimamente en esas producciones o éxitos de cortos. Desgraciadamente, Cerdita no aporta nada nuevo a la mirada, ya de por sí algo floja y obvia, del famoso corto. Comienza casi igual que el corto, con alguna variación de montaje pero siendo en esencia igual, ahí acaba lo que aporta el metraje. Carlota Pereda no parece saber muy bien como avanzar, se atropella y da vueltas en el humor costumbrista y en una amenaza que se nota muy floja. Es innegable que me he reído en algún momento, encaja bien sus chistes pero su terror y tensión son nulos. Avanza y avanza sin saber muy bien qué hacer. Tampoco es tan bestia como parece y lo que plantea realmente no dice nada. Llega su último tramo y se desata un poco, la relación que hay en la película me recuerda un poco a las obsesiones de 'Border' de Ali Abbasi, película que personalmente tampoco me encanta. Cuando parece ser bestia lo violento ocurre en fuera de campo, ahí el formato 4:3 si me dice algo, no como en el resto de su metraje. Poco más que decir, no veo ideas que innoven los 15 minutos del corto y eso es una lástima.


El día anterior del festival cambié mi programación. Conseguí introducir una película larga, de las que sería imposible encontrar en una sala de cine convencional y que un festival te permite disfrutar. Vamos con 4h 20min de disfrute.


La última producción de El Pampero, productora argentina muy particular que dio al mundo la posibilidad de disfrutar una película como 'La Flor' de Mariano Llinas, que aunque no me guste mucho resulta una rara avis y un riesgo mayúsculo para el cine. TRENQUE LAUQUEN, sí, es de esas películas que necesito citar en mayúsculas por lo perfecta y redonda que me parece. Laura Citarella, cineasta que no he conocido hasta hoy y que sin duda me ha dejado sin habla firma esta odisea monumental sobre la repentina desaparición de una mujer algo peculiar. Trenque Lauquen, ciudad por la que coge el nombre la película, es el núcleo de esta historia, o historias que completan una matriosca alrededor del misterio que propone. No es una película difícil aunque sí exigente, pero de una belleza arrebatadora que trae a la palestra el arte de narrar y de contar historias. La poética de la narración se revuelve entre búsquedas y descubrimientos, fantasías de un ser acuático no humano, correspondencias eróticas entre amantes y secciones de biografías femeninas en una radio local. La película es un monstruo gigante, parece no llegar el momento para parar de sorprenderse, para dejar de mirar atónito una construcción tan espectacular alrededor de lo que parece un desvanecimiento. Laura Citarella comienza con una declaración de intenciones, su primer capítulo -la película está separada por capítulos y dos partes respectivamente- se llama "La Aventura". No es un detalle al azar si lo entendemos directamente como una referencia a Antonioni y a su magistral 'L'Avventura', donde una de sus protagonistas simplemente se desvanece y no se sabe nada de ella. Así comienza esta obra maestra, fluyendo entre géneros y tramas diferentes que componen personajes enigmáticos y memorables, que surca las calles Trenque Lauquenses con una banda sonora de lo más singular y destruye cualquier convencionalismo a la hora de contar historias. Es arte puro, voz en off o charlas que nosotros como espectadores tenemos el placer de disfrutar también en imágenes. La secuencia de la radio, donde hay un ejercicio de backstory absolutamente descomunal me deja loco, sin palabras. Cuando cierra la película además es por todo lo alto, cambio de formato y el mundo se vuelve crepuscular, la última media hora es un western perecedero sobre el mundo, y las personas. El arte del cine en estado puro.

Apenas 1h para ver la última película de este maravilloso festival, voy a cenar algo y entro por última vez al cine.


Cierro el festival de San Sebastián con la nueva ganadora de la Palma de oro, con el segundo máximo galardón seguido para Ruben Östlund. Director interesantísimo y del que me encanta 'The Square', su primera palma de oro, o también 'Fuerza Mayor' y 'Play'. Tenía muchísima expectación por Triangle of sadness, no es habitual que a un director le den dos palmas de oro seguidas, si no me equivoco el único multipremiado de forma seguida fue Michael Haneke y eso son palabras mayores. Película interesante en planteamiento, una de sus particulares críticas a la burguesía, el capitalismo, las falsas apariencias... Todo en clave cómica como acostumbra y repleta de momentos incómodos que aquí se vuelven un poco previsibles. Tiene un primer tramo muy intenso, lleno de incomodidad y talento, y una segunda parte donde explota todo su mejor cine tanto en cuanto a lo que quiere explorar y desarrollar como por ideas de puesta en escena y comicidad. También resulta un poco redundante en su idea, que ya se entiende con las sutilezas que acostumbra y no con momentos casi de tesis sobre lo que habla. Primera hora y media genial, divertida, ligera y con un humor genial y escatológico, pero cuando llega la tercera parte - la película se separa en tres partes - todo lo bueno que tenía se desvanece. Östlund cae en picado, se pone a repetir desde otro lado todo lo que había mostrado y parece estancarse en un avance nulo de espectativas inexistentes y de giros que se sienten robóticos y mil veces vistos. Decisiones inentendibles, saltos de fe narrativos que o aceptas o, como yo, solo puedes quedarte mirando sin dar crédito a que a la película le quede aún 1h de metraje. Puede que haya cosas en esta última hora que me puedan parecer interesantes, pero lo incómodo simplemente se vuelve rutinario e inane. Parece que no sabe acabar lo que estaba contando. Me fastidia bastante la genial experiencia que estaba teniendo con ella.




Bueno, hasta aquí todo mi festival. Mil gracias a los que han seguido esto, los que se han interesado y sobre todo los que me han dado la oportunidad de experimentar una cosa semejante. Espero que sea el principio de algo bonito, donde pueda mejorar constantemente.

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