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Día 7 : San Sebastián: Falsa crónica de unas cuantas películas.

Cada día cuesta más levantarse. No por ganas, podría hacer esto toda mi vida, sino porque el cuerpo lo noto cansadísimo. Pero arriba esos ánimos, que hoy el día comienza con mi querido Coreano. Bajo del autobús y extrañamente veo a Hong Sang-soo y Kim Min-hee a lo lejos. Espero que sea verdad lo que he visto, sino está claro que debería de dormir mínimo 24h seguidas. Me voy a por un café.


Como vaticinaba el día, hoy toca nueva película del maestro Hong Sang-soo, que está en Sección Oficial. Walk Up es un elogio a la mirada, a la paciencia y al sentimiento. Película habitual en Hong Sang-soo, llena de planos secuencia larguísimos (creo que el más largo durará 20min) y conversaciones aparentemente inútiles que son la esencia de la vida y el mundo. Indudablemente biográfica, explorando mente y alma con la delicadeza necesaria. El minimalismo es su esencia, los interiores de los pisos y su progresión entre lugares desentrañan psicologías y personalidades que a simple vista no están. Hong de nuevo se ha encargado de la foto y el montaje, en un bello blanco y negro que se satura en las ventanas separando exteriores de interiores y haciendo la introspección en diferentes capas. Es una película enorme, en la que hay una decisión que occidentaliza mucho su historia, pues los interiores no parecen tan coreanos ¡y encima beben vino todo el rato! Aunque al final vuelven a la calma, vuelve el soju.




Salgo extasiado. No recomiendo especialmente una película totalmente hablada y estática a las 8:30 de la mañana, hay que ser férreo de corazón para verla. Queda poco tiempo para la siguiente sesión, un bollito con un café y al lío (creo que debería dejar ser redundante con el café).


Peli asiática de nuevo, de la mano de Wang Chao. Director muy desconocido del que solo pude ver la interesante 'Night and day'. Esta vez veo A Woman, película que recorre 20 años de la vida de una mujer en la china comunista. Comprometida con lo que cuenta y con una mirada interesante hacia la familia y las relaciones tan machistas de hace no mucho en China. Película lenta, de planos fijos y rutinas. Grandes elipsis que funcionan bien y un recorrido que aunque interesante se termina volviendo en algo muy normal. Me gusta, pero no me entusiasma en exceso, peli normal con factura impecable.


Poco tiempo para la próxima película, así que pido una pizza, que es algo que como rapidito, aunque ésta estaba un poco regular. Luego he pedido un café para no dar ninguna cabezada en la sesión de los Dardenne. Ha tardado más de 6 minutos en sacarlo y me he ido.


Jean-Pierre y Luc Dardenne, ganadores de dos palmas de oro por las magistrales 'Rossetta' y 'The Child', aunque me gustan aún más 'La Promesse' o 'Dos días, una noche'. Este año han ganado con Tori y Lokita el premio especial del 75 aniversario de Cannes con otro relato de injusticias sociales, como no podría ser de otra manera. Dos niños que se conocen mientras están llegando de África a Europa se hacen "hermanos" y para ganar dinero y pagar deudas trafican y hacen lo imposible. Crudo y durísimo relato, cámara en mano y siguiendo todas las desgracias. Los Dardenne siempre han jugado en esa fina linea que separa sus películas de duras críticas sociales y la porno miseria. Aquí creo que tocan en un par de momentos cosas que sinceramente podrían no estar, pero que por el contrario hacen a la experiencia algo muy incómodo. Me encanta su compromiso, su forma de jugar con las expectativas y el mundo, su retrato de lo oculto sin tapujos y cómo en esta película acepto sus vueltas de rosca y excesos. Es prácticamente cine de terror, de dolor y muestra a los hijos de la gran puta que pueblan este mundo. 


Tenía apenas 45 minutos, decido ir hasta el Kursaal a por un café y volver al teatro Principal. Llegó y hay una cola kilométrica. Cómo se nota cuando algo es gratis, me doy media vuelta y a ver la peli.


Hay que comentar que el montaje de Bardo que hemos visto en el SSIFF70 es uno totalmente nuevo. Un remontaje del propio Iñárritu que añade una escena y recorta 22min del montaje que se proyectó en Venecia. Dicho esto, os hablaré de mis impresiones sobre ella.


Alejandro G. Iñárritu, uno de los cineastas más premiados de los últimos años. El ganador de dos Óscars a mejor director por 'Birdman' y 'El Renacido' y en guion por la misma 'Birdman', ha llegado de forma inevitable a su particular 8½. Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades es su autoficción, su mirada introspectiva entre la realidad y el sueño donde no duda en mostrar todas sus cosas malas, y también las que cree que pueden ser buenas. Construye una ilusión gigante, megalómana y ambiciosa enlazada por planos secuencia que persiguen a Silverio - álter ego de Iñárritu - por escenarios excelsos e insuflados de fuerza. Reflexiona sobre su vida familiar, la inmigración, su cine y farsa, desciende a infiernos personales y se compara con figuras gigantes, mientras a su vez se hace pequeño frente a sus semejantes. Iñárritu está lleno de incongruencias, su conciencia de clase es casi ficticia, aquí se deja ver voluntariamente como a veces lo que Silverio habla choca contra lo que hace. Me parece una película arriesgada, compuesta por imágenes y secuencias monumentales y herencias de los más grandes como Lynch o Fellini. A ratos, hasta la pomposidad de los palacios de Visconti sale a la luz, y funciona.  Puede que tenga momentos de más o menos fuerza, pero yo aquí veo a un director a corazón abierto que no deja de ser quien es pero que tampoco está en contra de lo que dicen de él. Dirige como dios, he estado boquiabierto en la mayoría de secuencias y toda la película me funciona a las mil maravillas, yo me subo a este barco hasta el final. 



Salgo de la sala. Sólo se habla del remontaje y de egos. Yo estoy contentísimo, así que me siento por ahí un rato e intento ordenar mis ideas. Vamos a cenar algo que enseguida toca la última peli del día.


Marie Kreutzer, desconocida para mi aunque mirando su ficha de IMDb me suena alguna de sus películas, presentó su última película en la sección Una cierta mirada de Cannes, ahora está en Perlak. Corsage, retrata los últimos años de la vida de la famosa emperatriz austríaca Sissi, famosa por su rebeldía y su personalidad arrolladora. La película juega muy bien con la modernidad y el cambio de época, con esa mujer que parece que escucha música en Spotify y de vez en cuando pasa por el McDonald's. Música diegética actual que funciona a la perfección en su relato anárquico y subversivo de la monarquía, es una película sobre la muerte de alguien que no pertenece a su época y como la época muere con ella. Sin ser pomposa ni melodramática, con una fuerza feminista enorme. Se parece a 'María Antonieta' de Sofía Coppola y un poco a 'Spencer' en su amargura y mirada desencantada. Qué fácil sería vivir en esa época, si tenías depresión el medico te recetaba heroína, eso sí que son médicos.



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