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Día 8: Dios da las peores batallas a sus mejores guerreros (o no)


Crónica escrita por Jon Sánchez Molina.

Parece que fuese el primer día, me he levantado con fuerzas (ficticias) y me he dirigido al Teatro Victoria Eugenia a ver una película fuera de concurso.


Bueno, bueno... Oriol Paulo, director que no me gusta mucho, pues su famosa película 'Contratiempo' me parece de todo menos ingeniosa o estimulante. Me he animado a ver su adaptación de Los renglones torcidos de Dios y vaya, que me ha parecido un gran desastre. Va por delante decir que la entrega actoral en esta película está muy por encima de lo que es el conjunto, así que digo esto ya para poder entrar en materia con lo demás. Es de una nadería enorme, no solo por su falso ingenio y nulo entendimiento de la tensión narrativa, sino porque tenemos en frente a un director que parece pensar que sus espectadores son niños pequeños. Redundante hasta el exceso, dura una eternidad y no hay nada de lo que plantea que sirva para algo, cualquier cosa que pudiera tener un mínimo de fuerza se diluye en flashbacks y explicaciones infinitas que no hacen más que aburrir y lavar por completo cualquier talento tanto visual como narrativo. No tiene sentido que una historia se cuente en 1h y que la hora y media restante sea un toma y daca de cosas innecesarias hasta límites inentendibles. Es como si alguien que te ha enseñado que su camiseta es roja está durante toda la tarde diciendo que es verde, para que cuando os vayáis cada uno a vuestra casa te guiñe el ojo. Yo no paso por aquí, me enfada que me tomen por tonto y que se pongan a repetir todo mientras una voz en off narra lo que ves. Nada, no me ha gustado ni un poquito. Y por favor, ya vale de repetir primeros planos y acciones para intentar confundir que eso solo hace que la peli se alargue.


Después del cabreo con el que salgo de la sala me voy a desayunar algo, no entiendo cómo puedo madrugar para estas cosas, menos mal que otros días los he tenido recompensados. Hoy he decidido tomarme también un red bull, ¿Quién tiene miedo a la muerte?


Carbide, presentada en la sección New Directors, funciona muy bien en su retrato y reflexión sobre las nuevas tecnologías y como amoldan tanto nuestra vida como nuestra forma de ser y entender el mundo. Consigue ser interesantísima por chocar las diferentes generaciones y visiones del mundo. Cambia con inteligencia el entorno casi en silencio, pues las pruebas están en un dispositivo que aliena a las personas. Los niños solo piensan en ser youtubers y tener visitas, en ganarse la vida grabando lo que sea necesario mientras los ancianos niegan el avance y los adultos juegan a dos bandas, entorpeciéndose y complicándose la vida. Sí es verdad que la película pierde fuerza y a mitad de relato no innova, sabes que va a ocurrir y falla el factor sorpresa, pero es suficientemente osada para ser una primera película, esta bien que se hable del mundo más contemporáneo.


Voy a comer, no me rompo la cabeza porque ahora toca película larga. Decido ir al Kursaal a por el café y a "relajarme" un poco, así cojo fuerzas para lo que se viene.


Hylinur Pálmason, director islandés conocido por 'Un blanco, blanco día', presenta su nueva película en la sección Zabaltegi después de triunfar discretamente en Una cierta mirada en Cannes. Godland es una película exigente y arrolladora, un monstruo contemplativo radical y excesivo filmado en formato cuadrado. La historia es simple, el viaje de un cura fotógrafo desde Dinamarca a los vastos y peligrosos paisajes idílicos islandeses a fotografiar a sus gentes y a predicar y construir una casa de Dios. Sus temas están claros: el colonialismo, la religión, la fe y el amor. Aunque el factor más importante de la narración sería el tiempo, tanto el físico como el mental y sus entornos amenazadores y quietos que descubren cómo el hombre no es nada frente a la naturaleza. Qué es el cine sino tiempo, un trabajo y estudio de las cadencias cinematográficas y el profundo daño del mismo en la narración. Pálmason hace travellings circulares, planos secuencia y sobre todo cámaras fijas que le permiten de forma bestial jugar con cortes secos ya no a otros lugares, sino a estaciones temporales radicales donde el objeto central se marchita en menos de 1 minuto. Ahí reside el concepto, la inmersión total en un lugar gigante pero a través de un pequeño cuadrado en la pantalla que sirve como agujero cómplice. Un poder que hay que utilizar con cuidado, pues jugar con el tiempo y las elipsis hace que toda tu historia se sienta largamente desarrollada en el próximo plano que se muestre. Creo que es una película arrolladora y monumental a todos los niveles.


No tengo tiempo, me he ido corriendo al McDonald's y he pillado nuggets para comer que ahora toca otras 3h de cine por vena.


Toca Película Sorpresa del festival, que resulta ser uno de los platos más fuertes del año. Andrew Dominik, genio con dos (ahora tres) obras maestras en sus manos: 'El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford' y 'Matalos Suavemente'. Blonde es algo que no esperaba, una película indomable y monumental. Un experimento radical y por momentos vanguardista que construye una ficción a través del alma y vida de Marylin Monroe. Lo que hace Andrew Dominik aquí es indescriptible, salta al vacío sin miedo y prueba de todo. Cuando digo de todo no miento porque pocas películas he visto que cambien entre 7 formatos diferentes, colores, angulares, estados de ánimo, 3D... Hasta utiliza la visión nocturna o engancha la cámara a los personajes. Es una pesadilla agónica, un torrente de imágenes a cada cual más impactante y atronadora, hay ideas cada dos minutos y no se cansa de darle vueltas y vueltas a la ya de por sí aterradora historia que cuenta. Son casi 3h inmersivas, que tendrán tanto detractores como enamorados, lo que sí creo es que va a generar culto instantáneo. Es una historia de fantasmas, de monstruos y sueños rotos, una película de terror psicológico con una Ana de Armas absolutamente espectacular. Un tour de force total, obra maestra.



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