Crónica escrita por Jon Sánchez Molina.
Día 4, no hay incidentes ni imprevistos como ayer. Todo rodado y a la hora, aunque se empieza a notar el trote de los días y las pocas horas de sueño. No me da tiempo al café, así que me lleno la botella de agua para no estar seco.
Christophe Honoré, director francés que he descubierto a raíz de indagar en los directores que presentaban película en Sección Oficial. Tiene cosas interesantes como 'Sorry Angel' o la buenísima 'La bella persona'. Winter Boy nace de una experiencia del propio director, o eso da a entender con el texto final dedicado a su padre. Película muy francesa, melodrama de gran calado emocional que nace de sentimientos y gritos silenciosos pero que algunas veces hacen ruido de más. Habla del duelo, de la adolescencia interrumpida, la depresión y de la soledad, aunque también explora la sexualidad. El gran sentimiento de todo es la búsqueda, tanto de sentido como del lugar al que perteneces. La voz en off -a ratos abusiva- funciona como el matiz de una narración desde el futuro haciendo que la película se sienta como un recuerdo, como ese tramo tan duro que pasó en la vida. Binoche cuando aparece está increíble, interpretando a una madre destrozada e intentando lidiar con un hijo en descenso mientras intenta afrontar la soledad. En general funciona perfectamente, se excede en alguna cosa que yo, personalmente, habría suprimido por redundante o exagerada. Buena película, a corazón abierto.
Tengo poco tiempo entre esta y la próxima sesión, pero el café no me lo quita nadie. Voy a un bar nuevo, he ido a pedir un pincho de tortilla pero medía alrededor de 3 metros de altura y parecía una piedra así que he pedido una napolitana.
Sección oficial, toca otra ópera prima, esta vez desde España. Mikel Gurrea, que triunfó con su último y único corto se estrena por lo grande con Suro, thriller rural alrededor de la recogida de corcho en las montañas. El planteamiento es sencillo, pero Gurrea consigue que el entorno, ya enrarecido por la presencia de gente que "no parece de ahí", se vuelva hostil, no por sus gentes sino por su propia presencia. Una pareja que juega a las casitas y a ser quien no es, que deciden imponer sus ideales por encima de cualquier cosa que ocurra y a los que inevitablemente todo les supera. Modernos sin culpa que se meten en un conflicto de clases y racismo solamente por querer "hacer lo correcto". Me gusta muchísimo la ambición desmedida que tiene, hasta la estilización de la imagen e idealización de una pareja que cuando las discusiones llegan ven realmente la carga que conlleva vivir en un lugar así. La construcción narrativa alrededor de los trabajadores, con una tensión que se puede sentir logra que aunque todo tenga un camino común se sienta candente y a punto de explotar. Es un ejemplo perfecto de esa constante romantización de la naturaleza, de una idílica vida en el campo o de las tensiones que surgen cuando realmente te enfrentas a dilemas morales importantes. Llega muy bien a los lugares que quiere y aunque tenga fallitos a pulir, mi atención y profunda admiración la tiene. Por cierto, creo que existe en el mismo mundo que As Bestas, de Rodrigo Sorogoyen.
Me encuentro a unos amigos y seguido optamos por comer juntos, así que comentamos un poco lo que hemos visto y al lío, que el tiempo es oro.
Es el turno de Spare Keys, presentada en la sección Nuevos Directores. Película que no sorprende pero que se hace agradable. Un enamoramiento entre personas de diferentes clases y edad que surge de forma peculiar y se desarrolla con muchísima normalidad. No tiene mucho más de lo que hablar, tiene una puesta en escena fácil que no suscita nada aparte de lo que se ve y se entiende. Camina por lugares muy transitados en el cine que no se hacen pesados pero si de poco interés. La pareja protagonista es apática, algo tímida pero entrañable. Ha habido coloquio con los propios directores y actores, las pocas preguntas que han hecho se han resuelto como "referencias a mi vida". Qué queréis que os diga, es bonito hacer una peli para ti, pero si las metáforas o cositas no significan nada dentro de la narración, no me las pongas. El final si completa bien el significado para la protagonista, pero lo han hecho muchas veces en el cine ya. Poco interesante en general, pero no pesa y se ve sin problema.
He salido solo de la sala y caminando he entrado a un bar de pinchos. Automáticamente he pedido un café, estando en el ecuador del festival ha subido el cupo de dos a tres.
Desconozco todo de la siguiente película, Piaffe, y entro con un aviso de un colega de que no le ha gustado. No sé que pensar la verdad, a una sonidista que se obsesiona con recrear con exactitud el sonido de un caballo en un anuncio le empieza a salir una cola de caballo. Es algo extraño de ver, radical por ritmo y tema, apenas se habla. Neones, techno y una metamorfosis constante. Es inclasificable, artificial y ridícula pero a su vez eso es el encanto y motivo de su narración. La sexualidad, el género, la sumisión, todo y nada. La recomiendo, pero absteneros si no tenéis la mente abierta y ganas de fiesta. Es como si Quentin Dupieux, Nicolas Winding Refn y Yorgos Lanthimos tuviesen un hijo.
Nada, salgo de la sala y prácticamente seguido tengo la última sesión del día. Hoy me quedo sin cenar.
Ha llegado el momento de Living, sí, el laureado remake de la obra maestra absoluta de Akira Kurosawa, 'Ikiru'. Oliver Hermanus, director de la maravillosa 'Moffie' se atreve a basarse y utilizar el texto de Ikiru para su nuevo remake. Realmente sorprendido por la calidad y el talento que derrocha la película, con una construcción narrativa ligeramente modificada y un tercer acto inteligente que la hace separarse un poco del original. Formato cuadrado, y un tratamiento del color muy peculiar, pues parece por momentos un blanco y negro coloreado. La profundidad y el calado de la historia está intacto, gran virtud no solo de la grandísima elección del actor Bill Nighy, sino del talento tras la cámara de Hermanus, que la utiliza de forma diferente mientras la vida cambia. Es un viaje precioso al alma, da sentido a una vida y rescata una frase que le viene al dedillo: "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". Como punto flaco... Pues que desgraciadamente aparte de algún aporte desde otros puntos de vista, la reflexión y el trabajo psicológico son heredados de la obra original, lo que también le da un gran mérito a la película por haber logrado sacar todo a la luz. Bien, pero ahora mismo mi cabeza está luchando un poco con la cuestión de siempre. ¿Cuánto mérito tiene un buen remake, si lo que hace bien ya lo ha hecho bien la original?
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