Crónica escrita por Jon Sánchez Molina.
Día nuevo, pelis nuevas. Me he
despertado tarde, porque al parecer a mis alarmas también les ha entrado sueño.
Corro al autobús y llego a trompicones pero con algo de tiempo a la primera
sesión, 8:30... Vaya madrugones.
Y me toca El Suplente,
de Diego Lerman. Conocía al director por la curiosa 'Una especie de familia',
que se puede ver en Netflix. Aunque la que he visto ahora es bastante
diferente. El Suplente es más una arquetípica historia que se desenvuelve con
un buen ritmo, pero no sin estar algo atropellada. Se empieza a volver dispersa
en cuanto los personajes comienzan a tener algo de peso y el director no
consigue tener el foco en todo lo que quiere contar. Termina cogiendo el camino
fácil y previsible con los temas que trata: la crítica a un país, a la
educación y cómo no al peligroso y poderoso narcotráfico que envuelve todo.
Preferiría menos personajes y mejor desarrollados que tener unos cuantos que
solo funcionan por automatismos típicos. Aunque el protagonista sí que funciona
de maravilla con todos los problemas que tiene y en los que se mete. Normalita,
pero funciona.
Café y al lío de nuevo con R.M.N, nueva película del maestro Cristian Mungiu, que tiene obras maestras como '4 meses, 3 semanas, 2 días' o 'Mas allá de las colinas'. Aquí Mungiu, siempre fiel a su retrato social y contemporáneo, nos narra una fábula retorcida sobre el auge del fascismo en Europa. La xenofobia, el racismo y la segregación se unen en un pueblo de las montañas de Transilvania que pasa de inofensivo a austero tomando como punto de partida un grupo católico. Muy interesante el planteamiento cinematográfico, destruyendo desde el inicio cualquier atisbo a error y haciendo que el misterio sea el motor que ejerce poder en la película. Una puesta en escena medida donde los largos planos se suceden y la tensión crece de forma desmedida. También hace hincapié en el lugar donde nace todo el problema y lo que es más importante, las raíces del pueblo, donde las etnias de cada uno tienen un pasado y presente comprometido. Tiene un atisbo pandémico y la incisión en los hechos la hace cercana. Es la violación del sueño europeo y la podredumbre actual.
Salgo de la sala y hace fresquito. Se agradece, aunque las colinas nevadas de Transilvania ya daban frío. Salgo a comer con unos amigos y pienso en la próxima película. Va tocando entrar en otra más, y van...
Y llegó el momento de disfrutar de la aclamada Argentina, 1985 del grandísimo Santiago Mitre. Director de la maravillosa 'La Cordillera' que ya se daba la mano con Ricardo Darín. Aquí el tema es claro y conciso, los juicios por las barbaridades ocurridas en la dictadura argentina. Es un ejercicio de memoria histórica ejemplar y totémico que nace de la frustración y la valentía de un pueblo. Un grito contra el fascismo para que nunca caiga en el olvido lo ocurrido, y más efectivo en estos momentos políticos tan tensos. Mitre, con la compañía impagable de Mariano Llinas, escribe un guión fantástico que va exactamente a los lugares clave de todo este hecho histórico. La película es pletórica en su dirección, que juega muy bien con el humor y la realidad dando el tono justo para que funcione, muy interesante el recurso en los juicios jugando con los diferentes formatos televisivos evocando esos años, que nunca deben olvidarse.
Salgo extasiado, muy contento de la proyección anterior y me voy a descansar la cabeza al rompeolas. Que bien se está y qué bonita es San Sebastián. Aunque bueno, hay que volver a las andadas, toca película de sección oficial.
Ha sido el turno de Runner,
de Marian Mathias, ópera prima de una directora que no encuentra aún su lugar.
Contemplativa hasta el exceso, de imágenes preciosas pero vacías de un
contenido sustancial. Formato cuadrado y un reflejo austero de la soledad en
las badlands americanas. No me dice mucho y bebe innegablemente de Terence
Malick, pero sin mucho sentido. No me ha gustado especialmente.
Última película del día, me como unos pinchos y voy camino al Teatro Principal. El día de hoy ha sido un poco de todo, a ver ahora que me depara el cine.
Y lo que me depara es una de las bombas del día. As Bestas, la nueva película de Rodrigo Sorogoyen, conocidísimo por las magistrales 'El Reino' y 'Antidisturbios' o la también genial 'Madre', tanto el corto como el largo. Y ha vuelto por las nubes con un thriller psicológico profundo y tenso ambientado en la vida rural gallega. Nace de un problema vecinal para agrandarse hasta lo insoportable, recorre lugares inhóspitos y entre la rutina y el amor crece su denuncia social. Tiene una fuerza sobrehumana y la cámara de Sorogoyen casi baila con el entorno. Tiene un tercer acto colosal que da el colofón perfecto a una historia que te arrastra por el cemento. Me he sentido pequeño, asustado y muy en tensión por como se construía la narración, la BSO también es clave para la sensación de angustia que provoca. Magistral.
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